Por Leire Agüero Una mesa perfectamente decorada para la ocasión. Ataviada con una vajilla de ensueño, un mantel sedoso, dos copas con una botella de vino esperando ser servido y degustado. Un camarero muy servicial me retira delicadamente la silla. Mi mirada se dirige hacia el espacio vacío que ya no será ocupado por elSigue leyendo «Qué hago aquí»