Eso es lo que más me importa y lo que más cuenta: si tienes o no tienes capacidad de amar, si te interesa conocerme y descubrir lo bueno, lo malo y lo regular de mí, y de todo aquello que me rodea y que hace que yo, sea yo.
Escúchame, pero sin juzgarme. Dime lo que quieras pero dímelo de verdad, sin ambigüedades. Pide lo que quieras, pero responsabilízate de ello. No pidas más de lo que puedas dar, o de lo que estés dispuesto a dar, ni te conformes con menos de lo que mereces. Sigue leyendo “No me interpretes, pregúntame”