Por Leire Agüero
Los libros son un tesoro
una cajita vacía que un día abres,
y vas llenando de vivencias, experiencias,
de risas, lágrimas, deseos,
intriga, miedo,
amor, pasión,
libertad, amistad,
de esperanza…
Se puede observar cómo envejecen,
aún más cuando conversas con ellos.
Metamorfosean de una textura tersa,
suave y delgada,
al aumento de grosor como un dulce.
¡No por la levadura!
Sino por tu entusiasmo.
Evolucionan de un blanco impoluto
al amarilleo propio de una hoja seca en otoño.
¡No por el paso del tiempo!
Sino por el roce continuo de tus dedos.
Un día, sin motivo alguno,
te topas con ellos;
son puros desconocidos.
Al final del día,
terminan el trayecto siendo tu confidente eterno.
Los libros se desnudan ante ti.
No tienen secretos.
Son generosos, no presionan ni estrujan.
No reclaman nada a cambio.
Solo ofrecen.
Los libros son solidarios.
Pacientes.
Silenciosos.
Tímidos.
Abiertos.
Los libros…
Permanecen ahí, en un segundo plano.
Esperando.
Nosotros…
Somos su oportunidad para destaparlos.
Nosotros…
Somos la mano que les aviva.
¡Gracias hado creador por darles voz!
Responder