Por Leire Agüero
Hoy, ahora, pido perdón
Me miro, y no me reconozco.
Hoy, ahora, pido perdón.
Un perdón sin excusas,
sin lamentos.
Un perdón con cara,
un perdón sentido.
Me miro, y no me reconozco.
No quiero pensar.
No quiero llorar más.
No quiero…
En la vergüenza…
hay grandes voces que empujan,
impulsan con su fuerza,
con peso,
directas,
con cariño, con mimo, justas,
que insisten,
que arrancan una sonrisa a la tristeza,
que ponen una vela blanca a rallas.
Me sigo mirando, y no acabo de reconocerme.
Dónde se perdió esa línea,
de ilusiones,
metas,
esperanzas.
Dónde se escondió,
y aquí me dejó,
sin plano,
sin calles, sin dirección.
Dónde me dejó para convertirse…
en una mancha con sombra,
una gota a medias.
Dónde se ocultó.
Me miro, y no me reconozco.
Hoy,
ahora,
pido perdón.
Te pido perdón.
Responder