No tengo remedio

Por Leire Agüero

No tengo remedio.
Mis sueños vuelan.
Vuelan, y no consigo atraparlos.
No se rehacen en la belleza.

¿Tú o yo?
¿Tú y yo?
O ¿yo?
Al final es soledad.

La felicidad me asusta.
La rozo, y se rompe en mil pedazos.
La hago desaparecer.
La destruyo.

Debo coger las riendas de mi vida.
No saltar al vacío cuando la dicha me acompaña.
No encajo en este lado del mundo.

Duele sí, ser así atormenta.
Las lágrimas son mi pan de cada día.
Me alimento con ellas,
de ellas.

Soy la chica que escapa,
que huye,
que se refugia entre cuatro paredes alejadas de la vida,
y cerca del corazón apesadumbrado, agotado.

Soy la chica que escribe,
que se desahoga entre letras.
Sí, soy esa.

Esa de extremos.
Cariñosa, sonriente, amable,
y en ocasiones irreverente.

Soy esa,
pasional, intensa, incansable,
y a veces insolente.

Soy esa que necesita,
esa que se rinde ante una sonrisa,
ante un gesto, una mueca risueña,
y se desvanece con un desaire.

Soy esa que espera eternamente,
incansablemente.

No quiero pasar por la vida de puntillas.
Sufrir o amar.
Vivir,
vivir con o sin lamento.

¿Tú o yo?
¿Tú y yo?
O ¿yo?

No tengo remedio.